Diría, pues, que fue puro producto de la casualidad. Yo por inocencia y curiosidad, el por aburrimiento. El caso es que los dos nos encontramos, para mucho mi asombro pues era el lugar más inesperado: el internet, nido de amores cibernéticos. Nada, fue una conversación cotidiana, con una pizca de “tiraera monga”, pero sobretodo juguetona. El caso es que el tipo resultó no ser una copia al carbón de lo que ya estaba acostumbrada, y me impresionó el hecho que no reclamara por mi foto cinco minutos luego de conocernos, pues la oleada de superficialidad esta en brote. Digamos pues, que atrapó mi atención. Y lo inevitable ocurrió: el encuentro. Yo estaba nerviosa claro, aunque para ese tiempo no estaba tan conciente. Es cierto que no fué un flechazo, como dirian, pero algo me pasó. No se que ocurrio pero, la cosa es que no he vuelto a ser la misma. Eso fue hace un año y siete meses y unos cuantos meses que no cuento pues fueron extraños. Ahora tengo el atrevimiento de gritar que lo encontré. Un golpe del destino hizo que nos encontraramos, y que esta historia comenzara. El mundo no sabe lo que le espera. Hoy no lo podia dejar de abrazar, sentia la necesidad de integrarme a el, de meterme dentro de su piel y de no salir de ahí nunca, dejando asi escapar mi último aliento en el máximo orgasmo del amor. Tanto es el sentimiento, tanta la necesidad. Estoy al nivel del delirio por el y descaradamente lo admito. Es que el lo es todo para mi: el hombre: mi esposo, mi padre, mi hermano, mi hijo, mi amigo, mi vida, mi futuro, mi pasado, mi espejo, etc. En fin el es mi alma gemela. Nunca pense que llegaría a tal estado, antes considerado como patetico, ahora necesario, pues se me ha olvidado como vivir sin él. Ojos verdes, te tengo atrapado en las redes de mi corazón, y no te dejare ir. Haz tocado lo que nunca nadie habia tocado, te haz convertido en parte de mi ser. No se si estas conciente de lo que te dije hoy, pero de veras lo senti cuando te dije que moriria por ti. Pero tambien estoy dispuesta a vivir por ti.

Ok, ya esta poniendose muy vulnerable la cosa, dejémoslo ahí pues. En conclusion, te amo tu.